sábado, 29 de octubre de 2016

LA GRAN HISTORIA DEL VENDEDOR DE EMPANADAS DE ACAPULCO


      Francisco Orihuela, el elocuente y simpático vendedor de empanadas de las playas de Acapulco, es un garbanzo de a libra. Los turistas que lo grabaron para hacer visible su original forma para vender su mercancía se percataron del potencial para hacerlo viral y no se equivocaron, aunque quizá nunca les pasó por la cabeza que acabaría llamando la atención de quien es considerado la mano derecha de uno de los hombres más ricos del mundo, Carlos Slim.
      En unas horas “el vendedor de empanadas” estaba en los muros de Facebook, en las líneas de tiempo de Twitter y en los medios tradicionales cumpliendo así el ciclo de la celebridad, que llevó al directivo de América Móvil, Arturo Elías Ayub, a buscarlo a traves del propio entramado digital hasta dar con él en menos de 24 horas. Le hizo un ofrecimiento de una beca y apoyo que los padres rechazaron, según su propia versión en Twitter.
       La historia de Francisco es anti climática, cuando las multitudes imaginaban verlo contratado por una empresa internacional, becado en una secundaria de la Ciudad de México o quizá como actor en comerciales de alguna compañía de alimentos trasnacional, los padres, mesurados y serenos, dijeron: “No, gracias”.
      La historia imaginaria de las multitudes acabó de cuajo y Francisco seguirá con su vida en Acapulco, apoyando al negocio familiar como tantos jóvenes lo hacen de manera responsable y solidaria en este país.       Ojalá que jóvenes como él fueran impulsados por el sistema educativo nacional para apoyarles a construir con base en la educación y el trabajo un mejor futuro.
      La lección que deja la historia de Francisco es que ni las redes sociales son solo para hacerse famoso, ni todos quieren serlo. Dejemos ahora que Francisco sea feliz en Acapulco y dependa de él y de sus padres, pues todavía es menor de edad, sacar provecho de su propio talento.


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