martes, 5 de junio de 2018

SI ALGUIEN TE DA UNA BOFETADA EN LA MEJILLA DERECHA, PON LA OTRA

Gran enseñanza que dejo Jesús y perdura a través de los siglos


Jesús   López  Sandoval.
    Según el evangelio de Mateo capítulo 5: versículo del 38-42, Jesús lanza una sentencia que va más allá de la llamada ley del talión que consistía en devolver a cada quién el mismo mal según lo había concluido. Esa ley del talión supone que el ofendido infligía el mismo daño a su agresor inicial, pero después de haber sido juzgado esa acción por los autores del pueblo Israel.
  Esta ley era aplicada entre Israelitas hasta el mismo periodo en que vivió Jesús de Nazaret, de ahí que cuando él, como el maestro que es suba al monte para hablar de las , toma como bienaventuranzas asunto de importancia problemas de índole moral con repercusión social en lo que se llama "el sermón del monte".
 En este lugar hace hincapié en la necesidad de amar a todos los hombres, diciendo: “ustedes saben que se dijo ojo por ojo, diente por diente, sin embargo yo les digo que no enfrenten a los malvados, al contrario, póngale la otra mejilla", es decir, si alguien te quiere provocar con palabras, con gritos, no des pie a caer en la provocación.
 Es decir, toma la delantera como en el caso de quien te pide llevar una carga por un kilómetro, llévasela por dos, esto es, tú respondes con generosidad, con prudencia y sin tomar la misma postura de aquél con lo cual se sentirá no tomado en cuenta y reflexionará.
 Concluye Jesús diciendo: “dale al que te pide algo y no le vuelvas la espalda a quien te solicite algo". Así entonces el maestro recomienda a sus discípulos ser más generosos de lo que el malvado aquél espera de nosotros.

 Por supuesto la expresión de poner la otra mejilla no espera de tomarse de manera literal señaló el Teólogo Marco Antonio Jiménez Olán, sino más bien es una forma de decir que estamos puestos a responder al mal con bien.

 
Recordó el analista del nuevo y viejo testamento de la biblia que esta el pasaje donde el soldado romano le golpea el rostro cuando Jesús estando prisionero le responde al sumo sacerdote: "porque me lo preguntas a mí".
  Pregúntale a los que me han escuchado, ellos saben lo que les he enseñado y el soldado para quedar bien con el sumo sacerdote lo abofeteó a lo que el galileo responde: "Si he hablado mal muéstrame en qué, pero si he hablado bien, ¿porque me pegas?, porque nadie debe dejar, que quien no tiene la razón lo agreda físicamente infringiendo su dignidad.

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