martes, 11 de septiembre de 2012

A 11 AÑOS DE AQUEL MARTES NEGRO EN QUE TERRORISTAS ARABES DERRIBARON LAS TORRES GEMELAS


Jesús   López
LILI LOPEZ SANDOVAL RECUERDA
AUN AQUEL MARTES NEGRO
Comalcalco, Tabasco,  Septiembre 11.-Hoy se cumple once años de aquel negro martes  11 de septiembre del 2001  de haber sido derribada las torres gemelas de Nueva York por Kamikazes árabes, tres comalcalquenses  aún tienen fresca en la memoria los momentos mas difíciles de su vida, ya que precisamente en ese tiempo cruzaban el espacio aéreo de la urbe de hierro, justo cuando una torre gemela del Word Trade Center ya había sido el blanco del terrorismo Islam.
LILI,  IRIS Y ROCIO EN EL AEROPUERTO DE INDIANAPOLIS:
EL SUSTO MAS GRANDE YA LO HABIAN PASADO
     Las hermanas Roció, Iris y Lilia López Sandoval habían salido del aeropuerto de Montreal, Canadá con destino a la Ciudad de México en un vuelo de mexicana de aviación   con 300 pasajeros a bordo  a las 7 de  la mañana del martes 11 de septiembre del año 2001, después de varios días de vacacionar en  la república de Canadá.
    Era alrededor de las 9 de la mañana, ya habían cruzado el espacio aéreo de Manhattan cuando por ambas ventanillas dos aviones caza de la fuerza área  de los Estados Unidos le exigían a los pilotos de Mexicana de aviación que tenían que aterrizar de emergencia en el aeropuerto, siendo obligados a bajar en Indianápolis, cuando los pilotos pretendían hacerlo n la terminal aérea de Chicago, una de las más grandes del mundo.
EL SEGUNDO AVION A PUNTO DE
TOCAR LA SEGUNDA TORRE GEMELA
     Una de las entrevistadas, Lilia López Sandoval recordó que el pánico ya se había  apoderado de los pasajeros desde el mismo momento en que los aviones caza obligaban al piloto a descender: “pensé que el motor se había quemado, volteé a ver una de las alas del avión y había un caza y al otro lado había otro, eso aumento más  la incertidumbre, porque las aeromozas no hablaban nada tampoco”, recordó.
     Abundó que el avión ya en la pista de aterrizaje de Indianápolis, agentes de la CIA y el ejército catearon la aeronave, subieron con perros adiestrados obligando a bajar a personas con rasgos Árabes, mientras una pasajera estaba histérica al enterarse de los avionazos en las torres gemelas: “¡ las profecías de Nostradamus se están cumpliendo!”, gritó y se arrancó a llorar, contagiando a todas las personas del vuelo.
     Recuerdo que los soldados nos hablaban con voz fuerte, golpeado,, y en inglés, diciéndonos que íbamos a estar varias horas en el avión, ya que para pisar suelo americano hay que tener visa o un permiso especial, por lo que tuvo que intervenir en este caso  difícil la cruz roja internacional, que en convoy especiales nos atendieron en los albergues ya en suelo americano, expresó López Sandoval.
     La Comalcalquense narró que después de que les asignaron un lugar donde se quedarían varios días, conocieron toda la situación completa, al presenciar las noticias del derriba miento de las torres gemelas justo cuando el avión de mexicana de aviación surcaba los cielos de la urbe de hierro, eso hizo que la gente se le apoderara el pánico y se pusieron a llorar.
     Madre de tres hijos, Lilia López recordó que la mayoría padeció la depresión los 4 días que estuvieron refugiados en un albergue de Indianápolis, sólo apoyados por personal de la cruz roja internacional que los abrazaban y les daban palabras de aliento, ya que muchos pensaron que ya se iba a desatar una guerra y no volverían a ver a sus familiares.
    Fue en la madrugada del 14 de septiembre cuando todo estaba un poco aclarado, pero bajo control que el avión de mexicana de aviación partió de Indianápolis con 300 pasajeros a bordo con rumbo a la Ciudad de México, fue precisamente la primera aeronave que salió de los Estados Unidos, después de los cuatro días del septiembre negro del 2001, ya que no permitían los vuelos comerciales..
 López Sandoval todavía recuerda  con alegría  cuando ese 14 de septiembre, los pilotos de mexicana de aviación anunciaron en el altavoz del interior de la nave: “¡ señores pasajeros, acabamos de entrar a cielo mexicano!”, lo que generó gritos de alegría  y aplausos de todos  los pasajeros y abrazos con las azafatas, porque “cuando se cayeron las torres gemelas, pensamos que ya no volveríamos a regresar a México”, puntualizó.

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