sábado, 10 de mayo de 2014

EN GRANDES MISTERIOS DE LA BIBLIA: "AQUEL QUE SE ENCUENTRE LIBRE DE CULPA QUE TIRE LA PRIMERA PIEDRA"




Escribas y fariseos  querian lapidar a una mujer acusándola de adulterio
Jesús    López
    
Jesus se inclino y empezo a escribir en el suelo
    En esta lectura del evangelio de San Juan 8:11, le presentan a Jesucristo el caso de una mujer encontrada en adulterio a la cual según la ley de Moisés se le debería de castigar con la pena de muerte mediante la lapidación. Jesús había regresado del monte de los Olivos cuando los escribas y fariseos le trajeron una mujer tomada en adulterio. Libro de Juan 8:3.
     Este caso permite a Jesús, el humilde carpintero de Nazaret exponer una regla máxima dentro de la convivencia social: “no juzgues  y no serás juzgado”, que es otra versión de la regla de oro, “no hagas a los demás lo que no quisiera que te hicieren”, aplicándole a uno u otro el juicio propio a la manera de pensar que muchas veces es guiado primeramente por la forma de actuar.

     En este pasaje todos esperan que Jesús apruebe la sentencia que Moisés dictaba, pero en el fondo el problema quienes querían la muerte de la mujer adultera solo lo ponían a prueba para ver si violaba esta ley o se hacia cómplice con ellos con su manera de actuar. “¿Que dices?”, cuestionaron a Jesús. Libro de Juan 8:5.
Nadie esta libre de pecado, si no tire la piedra.
     Jesús se inclino y comenzó a escribir en el suelo con su dedo y ante la insistencia de una respuesta se enderezo y les dijo: “el que este libre de pecados, que tire la primera piedra”. Libro de Juan 8:7
     Para el Teólogo mexicano Marco Antonio Jiménez Olan la expresión  serena y prudente del Maestro en esta etapa de la vida del hombre mas grande de todos los tiempos, pone en aprieto a los escribas y fariseos de esa época, mas cuando les pide que el que tenga tranquila su conciencia juzgue con severidad a su prójimo.
    De manera que nos podemos esconder de las personas para cometer actos indebidos y quizás no se enteren, podemos hacer que engañamos a Dios pero el juez interno que llevamos adentro de nosotros mismos que es la conciencia, esa es la que nos juzga o nos hace ver las fallas que cometemos.





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