A los niños hay que educarlos desde la muy corta edad, desde que empiezan a entender. |
Jesús López Sandoval
A los hijos hay que saber corregirlos a tiempo, educarlos a tiempo y en
forma para que no se salgan del huacal, ya que de no hacerlo se corre el riesgo
que sean dolores de cabeza para sus padres por no enmendarlos en tiempo y
forma.
En los
albores de los años 1630 hubo un Pedagogo Danés, Juan Amos Comenio escribió su
magna obra: La Didáctica Magna que decía muy claramente: "Dame 10 niños
tiernos para que los eduque y, a uno lo voy a formar como un gran maestro, a
otro un gran policía a otro un gran delincuente, a otro un gran médico, etc...
Decía
el Padre de la Pedagogía, los niños no nacen malandrines, se forman con el paso
de los años según la educación que se les dé en casa con los sermones, llamados
de atención, consejos, el menor va moldeando su formación de respeto hacia los
demás hasta ser un hombre de bien en la sociedad.
Desde
que son bebés comienza el trabajo de formación, una educación férrea, formal,
exigirle según la edad, que realice actividades desde pequeños comenzando desde
dejar tendida la cama cuando se despiertan, tener limpio el cuarto, su higiene
personal hasta el respeto por los adultos.
Luis
Alfonso es un niño que ya entro a la adolescencia, estos cambios físico químicos
en su cuerpo ha propiciado que sea rezongón cuando no lo era. De ser un niño
amable, quieto, respetuoso paso a ser una persona berrinchuda hasta agredir a
los adultos y a los de su propia edad.
Los
especialistas recomiendan: castigos como prohibirles salir con sus amigos al
parque, centro de diversión o comer un antojo, para que vuelva a tomar las
riendas de buena conducta que tenía poco antes de entrar a este periodo de niño
a adolescente, hasta que retome el buen camino.
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