domingo, 25 de septiembre de 2016

EL PUEBLO DE ISRAEL SE CANSO DE QUE JEHOVA DIOS LOS GOBERNARA Y EXIGIERON AL PROFETA SAMUEL QUE DESIGNARA A UNA MONARQUÍA PARA QUE LOS GOBERNARA

La reina de Saba visita al poderoso y Sabio Rey Salomón.

Por Jesús    López    Sandoval 

        Ante la molestia de los profetas, el pueblo de Israel nunca conforme con nada cambio su sistema de gobierno de una forma patriarcal por el de una monarquía en cuyas luchas armadas contra sus rivales siempre estaba la mano de Jehová Dios para ganar las batallas.
    Hablando de como el pueblo de Israel opta por una monarquía, es la viva expresión de todos los pueblos de anhelar un sistema político distinto al que se tiene después del liderazgo sostenido por Moisés, este pueblo fue gobernado por Jueces entre los que destacan Josué y Samuel, profetas visionarios que ejercieron al cargo previo a la llegada de una monarquía.
     El pueblo de Israel vivía rodeado de reinos cuyos destinos eran dirigidos por líderes que los encabezaban en las luchas y proyectaban una imagen hacia afuera, de unidad y armonía. Estas características aunadas al deseo de insatisfacción que siempre tendrá el hombre en su interior cuando no se ven cumplidos sus proyectos, impulsaron a los israelitas a pedirle y exigirle a Samuel que le digan a Jehová esta decisión.
    El profeta Samuel los reprendió duramente haciéndoles ver que le resultaba una afrenta al todopoderoso que conducía al pueblo y lo llevaba a la victoria cuando tenía que enfrentarse a sus adversarios.
El rey David es reprendido por el profeta Natán después de quitarle la mujer al soldado Urías y mandarlo al frente de guerra para que muriera.
    De manera que con esta petición,  señaló el Teólogo Marco Antonio Jimenez Olan que ellos querían tener un rey visible y un líder plenamente humano y cuando Jehová Dios se entera por boca de Samuel, se molesta y le ordena que les aclare que sí tendrán un rey al igual que los pueblos vecinos como ellos lo piden.
    Este rey les incautará sus tierras y luego les dará en convenio para trabajarlas a cambio del impuesto correspondiente, llevarán a sus hijas a palacio para tomarlas como concubinas y a sus mejores jóvenes los entrenará para la guerra en donde morirán defendiendo la familia del rey, así como otras actividades que los israelitas no conocían que el rey haría con ellos.
    El analista de las sagradas escrituras recordó que el profeta Samuel baja a decirles al pueblo que Jehová estaba molesto porque ellos eligieron ser conducidos por un rey mortal que lo sojuzgara y hará de su suerte a todo aquél que se atreva a desobedecerlo, olvidando que Dios ha sido el guía fiel de ese mismo pueblo desde que salió de Egipto y lo ha cuidado llevándolo a la victoria al enfrentar a sus enemigos.
     De esta forma, el pueblo israelita cambia su sistema de gobierno de una forma patriarcal, comunitario, representado en la figura de los Jueces que representaban a Jehová en todo momento: Sansón, Josué, Samuel, etc... Y en el sistema monárquico, serán los reyes quien en su debido momento invocarán u olvidarán invocar a Dios para realizar sus actividades y salir a enfrentar a sus adversarios.

     La etapa de la monarquía en el pueblo de Israel inicia con la asunción del trono de Saúl ungido por Samuel, el último juez y culmina cuando el imperio romano invade el territorio y ejerce en mando a través de sus representantes.

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