"El cristianismo es como el color de la piel de los armenios. No se puede cambiar", reza el dicho. Y es que Armenia es el primer país que adoptó el cristianismo como religión oficial, decisión que ha marcado a sangre y fuego su larguísima historia.
Los habitantes de esta zona han sobrevivido a invasiones |
Rodeado de enemigos desde hace miles
de años, los cristianos armenios han sufrido innumerables invasiones y matanzas
que no han hecho sino profundizar esa mentalidad de pueblo emboscado entre
Oriente y Occidente. Con todo, ni siquiera el genocidio del que fueron víctimas
1.5 millones de armenios a manos del imperio otomano, hace casi un siglo,
doblegó a un pueblo para el que la religión es el símbolo de su resistencia.
Al igual que los judíos, los armenios
también se vieron obligados a emigrar y, actualmente, la mayoría reside en
Rusia, Estados Unidos, Francia o Argentina.
Armenia adopto el cristianismo como lengua oficial |
Hace unos 2 mil años, Armenia era un
próspero reino bañado por los mares Caspio y Negro, mientras ahora es una pobre
república que no tiene relaciones diplomáticas con sus principales vecinos:
Turquía y Azerbaiyán.
Más vieja que Roma
Su capital, Ereván, es más antigua
que Roma, aunque las guerras y los terremotos apenas han dejado rastro de su
milenaria historia.
Su edificio más emblemático es el
Matenadarán, museo donde se exhiben miles de manuscritos, piedras talladas,
pergaminos, mapas y espectaculares miniaturas.
La Plaza de la República, que acoge
la sede del Gobierno, la Cancillería y el Museo de Historia, es el corazón de
la ciudad, aunque el edificio más bonito es la Academia de Ópera y Ballet,
frente a la Plaza de la Libertad.
Ereván tiene su propia catedral, la
de San Gregorio el Iluminador, pero la capital espiritual se encuentra en
Echmiadzin, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y considerada la catedral
más antigua del mundo pues fue construida a principios del siglo IV.
El complejo arquitectónico de
Echmiadzin acoge dos reliquias de renombre universal que ponen a prueba la fe
del visitante. La primera es, supuestamente, el único resto del Arca de Noé que
se conserva en el mundo. La segunda tiene mucho de leyenda, ya que al menos
otros tres lugares (Roma, Antioquía y Viena,) presumen dicho tesoro. Se trata
de la lanza que un centurión romano, Longinus, clavó a Cristo para comprobar
que había muerto.
A imagen y semejanza de Irlanda, todo
el territorio de este país está salpicado por cruceros de piedra, que en
Armenia son conocidos como "jachkar" (Jach, cruz; Kar, piedra). Los
"jachkar" son el símbolo cultural del pueblo armenio y, en su versión
de bolsillo, son uno de los "souvenir" preferidos junto al famoso
coñac armenio.
Otra de las singularidades de este
país es que casi todas las iglesias y edificios están construidas a partir de
toga, una piedra caliza muy porosa de color rosado que da un aspecto majestuoso
y, al mismo tiempo, arcaico.
Pero la tarjeta de visita de Armenia
es el monte Ararat que, paradójicamente, se encuentra fuera del país -en
territorio turco- desde 1920.
Como los Judíos, los Armenios emigraron a muchos paises |
Ararat, que es citada por la Biblia,
es objeto de peregrinación por parte de creyentes y arqueólogos, quienes no
pierden la esperanza de encontrar el arca de madera construida por Noé para
sobrevivir al Diluvio Universal.
En un día soleado, su pico nevado se
puede ver desde cientos de kilómetros de distancia, ya que este país es una
altiplanicie de casi 2 mil metros de altitud media.
Con todo, los paisajes más
impactantes de este país se encuentran en el curso del río Azat, cuyos cañones
dejan boquiabierto al visitante. Un viaje a ese paraje persuade al más
incrédulo de que, ciertamente, Armenia es tierra santa.
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