viernes, 12 de septiembre de 2014

LA HISTORIA DEL HIJO PRODIGO QUE PIDE A SU PADRE LA MITAD DE SUS BIENES PARA ABANDONAR SU HOGAR CUYA RIQUEZA DERROCHA Y TIEMPO DESPUÉS REGRESA Y ES BIENVENIDO ANTE EL ENOJO DE SU HERMANO MAYOR


 
El hijo prodigo le pide perdón a su padre por lo que ha hecho, sin embargo su progenitor lo recibe con amor, "como una oveja perdida"


  

*Yo no soy digno de ser llamado hijo tuyo… mientras su padre cuando vio que regresaba, aún estaba lejos lo alcanzo a ver y se enterneció, corrió y se le echo sobre el cuello y lo beso tiernamente. Libro de Lucas 15: 19-20




"¡ Yo no soy digno de ser llamado hijo tuyo!"...mientras su padre lo abraza con amor.
Jesús    Lopez


Comalcalco, Tabasco, Septiembre 12.-El pasaje bíblico de Lucas 15:11-32 narra la historia del hombre sobre la tierra y la acción siempre paterna del creador. Se dice que de dos hermanos, el menor pidió la parte de la herencia que le correspondía para irse por el mundo  a vivir su vida, en cambio el hijo mayor se quedó con el resto de lo que su padre tenía. Pero al garete y sin la dirección de su padre, el menor gasto todo lo que tenía y llego a vivir en la miseria, incluso llegando a vivir con cerdos (animales impuros) y comer lo que estos consumían, llevando este tipo de vida, el hijo menor llego a comprender que ese no era el tipo de vida que correspondía a su dignidad porque en la casa de su padre hasta los trabajadores vivían y comían mejor.
     Esta es la vida de todo ser humano cuando se alejan de la casa del padre y pretenden valerse por sí mismos llegando a veces a olvidar su dignidad de hijos, de un ser todopoderoso que reina en el cielo y la tierra. La historia del hombre está marcado por caídas tras caídas y lo peor, a veces no se dan cuenta de lo que han perdido hasta que la dignidad anda por los suelos, llena de lodo y porquería.
Una gran historia enmarcada en los evangelios de Lucas
     La historia continua diciendo que este hijo menor  decidió ir a la casa de su padre para trabajar como obrero porque reconocía que ya no tenía la calidad de vida acorde a la dignidad de hijo de ese padre al que abandono para irse a disfrutar por el mundo, pero no contaba con que el padre no juzga nuestras acciones sino que nos trata de acuerdo a su corazón y este padre cuando vio venir a su hijo quiso dárselo todo, hasta la vida misma, porque eso es lo que hace a un padre que ama a sus hijos.
    Y aunque el hijo prodigo quería ser tratado únicamente como trabajador, su padre lo lleno de besos, cariño (lo que se había perdido por irse lejos de esa casa) y mando a hacer una gran fiesta y le mando poner buena ropa y regalos, porque este padre sentía su hijo amado, el menor, la ovejita negra, el que había derrochado todo, estaba carente del amor del que había huido deslumbrado por el dinero y las propiedades.
    De manera que el padre   siente  que recupero a un hijo que estaba perdido y que por volver a casa sucio y lleno de malos olores y costumbres, él debía cobijarlo en sus brazos amorosos , en cambio, el hijo mayor, el que todo lo tenía al lado de su padre, se sintió celoso, como suele pasar a cualquiera cuando cree que todo lo merece, portarse bien y aquel otro que se porte mal debe ser juzgado severamente, demostrando con esto el hijo mayor que a pesar de tener todo, todo, hasta el amor del padre, no sabía disfrutar de las bondades de éste.
El amor de un padre al igual que el de una madre es demasiado grande.
    Y ahora se sentía celoso mirando como el padre quería demostrar su amor a sus dos hijos y por eso le pidió al mayor que alegrara con él el hecho de haber recuperado el hermano, al menor, al desprotegido, al derrochador, al pecador, al peor de los dos, mostrándolo a que el hermano a me a su hermano y volver a estar juntos integrando a la familia  y  que no este triste porque èl también tiene todo, todo lo que es del padre y aun lo más importante, que es el amor.

    El Teólogo Marco Antonio Jiménez Olan consideró  que el amor del padre no mira los defectos ni de uno ni de otro e invita a que todos los hermanos se alegren cuando alguno se arrepiente de sus malas acciones. ¡ Gracias padre porque nuestros errores y pecados no opacan tu amor hacia nosotros ¡. 

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