No tropezara nunca quien camina en la luz del dia. |
Jesús López
Quien camina a la luz del día no tropieza: Libro de Juan 11:9-10. Esta
recomendación de Jesús de Nazaret hace alusión a lo que ya en el antiguo
testamento se manifestaba como la luz que conduce a todo hombre que viene a
este mundo y en el libro del profeta Isaías se va a manifestar con más plenitud
la referencia al mismo enviado del padre todopoderoso.
Esto es, que la luz es
Jesucristo, esa luz que pone al descubierto la verdad del reino de los cielos,
según Isaías 9:2. "El pueblo que andaba en tinieblas vio una luz grande
que resplandeció a los que viven en tinieblas y sombra de muerte"; texto
que se escuchara próximamente en la liturgia de adviento en donde se anuncia la
llegada del "sol que nace de lo alto", titulo con el que se le conoce
también al divino maestro porque él es la luz que siempre brilla y no conoce
ocaso.
Quien sigue esta luz vive en la verdad y únicamente quienes no viven en
la verdad buscan la oscuridad para que no se conozcan sus fechorías, por lo
cual decimos que viven en las tinieblas y en las sombras de la muerte, y, a
veces parece que irónicamente viven ciegos en una oscura celda donde se va de
una falla en otra, esto es, de la envidia a la mentira, el odio al crimen, al
robo, etc...
Justificándose así que prefieren
esconderse no sea que conociendo sus fallas le sea aplicado una sanción y por
lo cual el verbo hecho carne nos invita a que se busque la luz, que se busque a
él, que él viva en nuestras vida, que él las ilumine y saque de nuestro
interior eso que nos daña, lo que nos divide y lo que nos hace vivir siendo
lobo del mismo hombre.
La invitación es entonces para
que se busque la luz, para que sigamos la luz y para que esa luz que es cristo
resucitado transparente nuestra vida.
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