Era recto ante los ojos de Dios, pero su altivez lo llevó a la perdición y a la ruina, hasta llevarlo a la muerte. |
Por Jesús López Sandoval
Tenía 16 años cuando comenzó
a gobernar, todavía era un adolescente y por 52 años reinó en Jerusalén. Era
recto a los ojos de Jehová Dios y siempre que salio a pelear contra los
filisteos o contra los Árabes, el Dios verdadero continuó ayudándole, su fama
llegó hasta Egipto porque exhibió fuerzas hasta un grado extraordinario.
Sin embargo, tan pronto como
se hizo fuerte, su corazón se hizo altivo aun en el punto de causar ruina, de
modo que actuó infielmente contra su Dios y entro en el templo de Jehová a
quemar incienso ante el malestar de varios sacerdotes que se plantaron frente a
él. Segundo Libro de Crónicas 24:16-17.
"No es negocio tuyo, oh
Uzías, quemar incienso a Jehová, sino que es negocio de los sacerdotes los
hijos de Aarón, los santificados, el quemar incienso. Sal del Santuario; porque
has actuado infielmente, y no te es para gloria alguna de parte de Jehová Dios",
le expresarón tras plantarse alrededor de 80 sacerdotes frente al vanidoso Rey
Uzías quién se sentía ensorbecido de poder.
La soberbia del enésimo rey de Israel lo hizo enfermarse de esta incurable enfermedad y morir. |
En vez de tomar con humildad
el acatamiento de los sacerdote, el Rey quién ya había gobernado mas de medio
siglo la región de Judá perteneciente a Jerusalén, Uzías se enfureció contra
los sacerdotes, le apareció la lepra en su frente. Cuando todos y Azarías quien
era el sacerdote principal lo voltearon a ver, "¡alli estaba azotado de
lepra en la frente"!.
Y Uzías el Rey de la región de
Judá en Israel continuó leproso hasta el dia de su muerte, y siguió morando en
una casa exento de deberes, como leproso. Pese a esto, el malogrado Rey fue
enterrado en el campo que pertenecía a los Reyes, "aunque fué
leproso".
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