*” ¿Quién de estos tres parece haberse hecho
prójimo del que cayo entre los salteadores?” Lucas 10: 38
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Tres personas cruzaron su camino, el tercero, el de Samaria se detuvo a auxiliarlo. |
Por Jesus Lopez Sandoval
En el año 31, aproximadamente, de la era cristiana, cierto hombre bajaba de Jerusalén
a Jericó y fue asaltado por varias personas que lo despojaron de sus
pertenencias y lo golpearon sin misericordia alguna hasta dejarlo medio muerto
a mitad del camino de estas dos ciudades bíblicas.
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Un sacerdote lo vio y lo evadió, un Levita lo vio y también lo ignoro, sin embargo, el Samaritano se detuvo lo atendió y lo subió a su bestia para trasladarlo a un mesón. |
Por casualidad, cierto sacerdote bajaba por aquel camino, pero cuando lo
vio, paso por el otro lado, así mismo, un levita también, cuando pasó por el
lugar y lo vio tirado, paso por el otro lado. En cambio, cierto samaritano
llego a donde estaba y, al verlo, se enterneció. De modo que se le acerco y le
vendo sus heridas, y vertió en ellas aceite y vino.
Luego, el Samaritano lo monto sobre su propia bestia y lo llevo a un mesón
y lo cuido. Y al día siguiente saco dos denarios, se los dio al mesonero y
dijo: “cuídalo, y lo que gastes además de esto, te lo pagare cuando vuelva acá”.
Lucas 10:30-37.
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El buen samaritano pago dos denarios al mesonero y le recomendó que lo cuidara y "lo demás que gastes te lo pagare cuando vuelva", le aseguró. |
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