sábado, 28 de abril de 2018

SEGÚN LA BIBLIA LA LUJURIA SEXUAL ES UN PECADO

"Si tu ojo te esta haciendo tropezar, cortátelo y echalo de tí, mejor te es entrar en la vida manco o cojo que con dos manos. Mateo 5:17-30


Por   Jesús   López   Sandoval
La frase de Jesús si tu ojo te es ocasión de pecado sacártelo, lo mismo que si el brazo, cortártelo, porque es mejor que entres sin ninguno de tus miembros al reino de los cielos.
   Esto es a partir del discurso en donde inicialmente hace referencia al hecho de que si un hombre mira a una mujer y la codicia, con ello ya peco en su corazón, directamente esto hace referencia al pecado de la lujuria, que es propia de las personas que todo lo van relacionándolo con el sexo, por supuesto que la expresión de Jesús no debe ser tomada de manera literal sino metafóricamente.
  Lo que indica que siempre será mejor apreciar la valía de nuestro cuerpo contando con todos nuestros miembros porque el temor de perder uno de ellos nos debe hacer recapacitar de lo que vale el cuerpo para cada uno, por lo tanto, así como respetamos el nuestro, que lo cuidamos y apreciamos, así veamos el físico de los demás, y apreciarlo y valorarlos como lo seres humanos que somos (hombre y mujer), como una dignidad que debe ser respetada y valorada.
 En un primer momento se puede decir que el texto hace referencia al pecado de la lujuria, que se da en el momento en que el hombre o la mujer miran a alguien del otro sexo y se recrea mentalmente codiciando(a) sexualmente lo que conlleva a llevar en muchas ocasiones a la persona al pensamiento a la obra, atentando en contra de la otra persona.
  Pero no es exclusivo de la lujuria el mensaje de este texto bíblico cuando indica que sería bueno sacarse el ojo, cortarse el brazo en referencia a cualquier falla o pecado, esto es, que dentro de nosotros mismos está la posibilidad enmendarnos cuando reparamos en lo doloroso y trágico que sería perder uno de nuestros miembros.
  Y si así valoramos esa pequeña parte de nuestro físico debemos valorarnos todo física y espiritualmente, de ahí que el maestro de Nazaret nos pide sacrificar algo de nosotros a cambio de tener la total satisfacción al final de nuestra existencia.
    Para el Teólogo Marco Antonio Jiménez Olán no se trata de cortar o perder alguno de nuestros miembros sino de valorarnos y valorar también el cuerpo físico de aquella persona a la que en algún momento pudiéramos codiciar.
   Indicó que  es natural que nuestra vista contemple toda la belleza natural y por supuesto el atractivo físico de alguien, pero bien podemos admirarlo y apreciarlo como la más excelsa obra que el padre ha hecho por nosotros.





No hay comentarios:

Publicar un comentario