Este mensaje debe ser una práctica cotidiana. |
Por Jesús López Sandoval.
Hay más satisfacción en dar que en recibir, esto es que nadie,
absolutamente nadie puede justificarse que no tenga algo que dar porque todos
tenemos desde nuestra sonrisa, presencia, saludo y acciones algo que dar y que a
la larga eso que parece poco insignificante, es un tesoro invaluable.
San Pablo hablándoles a los
cristianos le agradece que durante su estancia se preocuparon por él, así como él
lo hizo por esa comunidad, incluso Pablo pone en claro que para nada a
codiciado oro y plata, sino por el contrario, trabajando del lado de los más
pobres y desprotegidos es como se les ayuda mejor.
Esto implica un mensaje que debía
ser en la práctica cotidiana, el venir o ir a convivir en el espacio de los
pobres, en la casa semiderruida, en la calle fangosa, así como lo haría Jesús
de Nazaret o el mismo Pablo de Tarso.
Nadie puede justificar que no tenga algo que dar. |
El Teólogo Marco Antonio Jiménez
Olan al subrayar sobre esta cita bíblica de los evangelios, quienes buscan
iluminar la realidad del hombre para con su mensaje impulsar el cambio, la transformación
del hombre se ha detenido porque no ha recibido una buena nueva como esa que
dice el apóstol de los Gentiles, hay más satisfacción en Dar que en Recibir.
Explico que por ejemplo con la
sonrisa se puede conquistar el mundo de un hermano preocupado, o quizás al
borde del pesimismo quisiera fugarse de esta vida, pero una sonrisa le abre un
mundo de posibilidades, así como un saludo afectuoso también puede derrumbar un
muro de hostilidades, además, una simple palmadita en el hombro la recibe quien
se siente atribulado, le llena la vida de nuevas oportunidades.
Es importante entender,
puntualizó Jiménez Olán que no se necesita cargar oro o plata para hacer feliz
al prójimo, gracias a que Dios al ser humano le ha dado una riqueza natural que
se debe utilizar para hacer feliz a los demás, como lo dice el presente texto bíblico:
"¡Hay más felicidad en dar que en recibir!".
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