Miriam, la Hondureña tuvo que pedir una disculpa a los mexicanos, "estoy muy angustiada", dijo.
Por Jesús López Sandoval
La experiencia de la hondureña al comentar que un día
en los albergues de Tijuana le dieron de almorzar frijoles con tortillas
y comentó: “yo ni siquiera como frijol, en mi pueblo se los damos a los
chanchos (cerdos)”, sus palabras se virilizaron en las redes sociales y creo
prácticamente un problema de seguridad nacional.
Este comentario de una centroamericana, de los miles
que han ingresado a la república mexicana, genero molestias porque estas
personas habían sido bien vistas en su interés de emigrar de su país buscando
“el sueño americano”, la actitud del mexicano cambio en torno a ellos.
Los frijoles son sabrosos, tienen fibra y no contienen colesterol. |
En mi recorrido por la zona de la chontalpa me
encontré a unos hondureños en la entrada del municipio de Jalpa de Méndez y en
los topes donde suelen ponerse a pedir dinero, se me acerco uno de ellos y me
dijo familiarmente: “¡Tío!, yo si como frijoles, apóyeme con un pesito, no
somos como esos compatriotas que jalan la vaina”.
Quizás ellos no lo saben, pero los frijoles son fuente de carbohidratos
complejos, proteína, vitamina, minerales, fibra y tienen un bajo contenido en
grasa y por ser un alimento de origen vegetal no contienen colesterol
y ¡Hum, son bastantes ricos!
Todavía tengo fresco en la memoria cuando era
niño, mi madre freía unos frijoles con manteca, ¡riquísimos!, era una delicia
para el paladar, en algunas fechas cuando nos reuníamos toda la familia, porque
varios de mis hermanos vivían afuera de Tabasco, por trabajo o estudio,
preguntaba a todos: “Quieren caldo de res o de pollo que hay en el
refrigerador”, todos al unísono decíamos queremos tus ricos frijoles.
A través de la historia, esta legumbre, frijol y
lenteja, han sido motivo de polémica. Con este guisante, Esaú, hijo
de Isaac, uno de los grandes patriarcas del pueblo de Israel, vendió su
primogenitura a Jacob. Esaú era el hijo consentido porque comía de su caza; mas
Rebeca amaba a Jacob.
Pero un día cansado Esaú volvió del campo y le rogó a
su hermano que le diera un plato de este grano y Jacob le contestó que sí se lo
daba pero a cambio de su primogenitura, y juraron que cedería a ser el primero de
la familia y así menospreció el mayor de los hermanos esta importante posición.
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