El campo es reditúable, nada más hay que saberlo trabajar |
Por Jesús López Sandoval
Comalcalco, Tabasco, mayo 15.-Son los últimos
días de la temporada de Melón en Tabasco, sobre la batea de una camioneta, Alfredo,
cubierto en su cabeza con un amplio sombrero de paja, un poco más chico que
utilizaba el mítico e icono revolucionario Emiliano Zapata, se protege de los
fuertes rayos solares propios del mes de mayo que rebasan los 39 grados centígrados,
mientras ofrece principalmente a las amas de casa, los últimos frutos de la
producción.
Ingeniero
Mecánico Eléctrico de profesión, además agricultor y labores del campo por
herencia y gusto por trabajar y serle útil a la sociedad, ofrece en los perímetros
del mercado publico 27 de octubre de esta Perla de la Chontalpa los últimos
melones, que como pan caliente la gente se acerca a comprar este fruto que él
mismo sembró hace más de dos meses y ahora ofrece a los transeúntes que caminan
por esta zona.
Abordado por Noticias en Línea de Tabasco, es sorprendente encontrar a jóvenes profesionistas
después vestidos con la casaca de campesino, tras varios años trabajarle a
Pemex ininterrumpidamente, la empresa de todos los mexicanos, decidió probar
suerte en la agricultura sembrando chile, melón y otros productos del campo.
-Me está yendo bien, dice, mientras no deja de
atender a sus clientes que se acercan a preguntar por el precio de cada uno de
los melones donde hay chicos, medianos y grandes.
En su primer cosecha como agricultor en el campo recogió más de 6 mil melones. |
-A como esta esté melón, dice una señora
señalando con su dedo índice a los más grandes frutos.
-Está a 20 pesos, pero hay de 15 y de 10 que son
los más chicos, pero también le doy su pilón, dice sonriendo Alfredo, mientras
más clientes se acercan al joven campesino que se seca el sudor con la solapa
de su camisa de su brazo derecho.
La charla
se interrumpe por unos minutos porque los clientes ya rodean la batea de la
camioneta para llevar los ricos meloncillos, que preparados en agua con hielo
mitigan la sed y el calor de las altas temperaturas que hay en Tabasco, que
hasta las tierras arden por el sofocante rayos del sol.
-El campo sí es rentable, dice después de
retomar la charla con este escribidor, pero el problema es que ya no hay casi
gente que quiera labrar la tierra. Yo sembré una hectárea de terreno en mi
primer año y me fue bien aunque me afecto un poco el clima.
Porque
cuando esparcí las semillas para que germinara este fruto en marzo, llovió
mucho e hizo frío lo que propicio que le cayera un hongo a la hoja que le
afecto al follaje pero aún así en una hectárea, coseche alrededor de 6 mil
melones que son aproximadamente 6 toneladas, pero sí, reitera, el campo sí es
reditúable y quiero quedarme, terminó diciendo, el novel labrador del campo.
Saludos amigo, muchos triunfos para ti y tu familia.
ResponderEliminarTipazo mi buen Alfredo
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