miércoles, 15 de mayo de 2019

ALFREDO LÓPEZ RAMÓN EL INGENIERO QUE LE TRABAJO A PEMEX Y AHORA ORGULLOSAMENTE AGRICULTOR

El campo es reditúable, nada más hay que saberlo trabajar


Por Jesús  López Sandoval
Comalcalco, Tabasco, mayo 15.-Son los últimos días de la temporada de Melón en Tabasco, sobre la batea de una camioneta, Alfredo, cubierto en su cabeza con un amplio sombrero de paja, un poco más chico que utilizaba el mítico e icono revolucionario Emiliano Zapata, se protege de los fuertes rayos solares propios del mes de mayo que rebasan los 39 grados centígrados, mientras ofrece principalmente a las amas de casa, los últimos frutos de la producción.
  Ingeniero Mecánico Eléctrico de profesión, además agricultor y labores del campo por herencia y gusto por trabajar y serle útil a la sociedad, ofrece en los perímetros del mercado publico 27 de octubre de esta Perla de la Chontalpa los últimos melones, que como pan caliente la gente se acerca a comprar este fruto que él mismo sembró hace más de dos meses y ahora ofrece a los transeúntes que caminan por esta zona.
 Abordado por  Noticias en Línea de Tabasco, es sorprendente encontrar a jóvenes profesionistas después vestidos con la casaca de campesino, tras varios años trabajarle a Pemex ininterrumpidamente, la empresa de todos los mexicanos, decidió probar suerte en la agricultura sembrando chile, melón y otros productos del campo.
-Me está yendo bien, dice, mientras no deja de atender a sus clientes que se acercan a preguntar por el precio de cada uno de los melones donde hay chicos, medianos y grandes.
En su primer cosecha como agricultor en el campo recogió más de 6 mil melones.

-A como esta esté melón, dice una señora señalando con su dedo índice a los más grandes frutos.
-Está a 20 pesos, pero hay de 15 y de 10 que son los más chicos, pero también le doy su pilón, dice sonriendo Alfredo, mientras más clientes se acercan al joven campesino que se seca el sudor con la solapa de su camisa de su brazo derecho.
  La charla se interrumpe por unos minutos porque los clientes ya rodean la batea de la camioneta para llevar los ricos meloncillos, que preparados en agua con hielo mitigan la sed y el calor de las altas temperaturas que hay en Tabasco, que hasta las tierras arden por el sofocante rayos del sol.
-El campo sí es rentable, dice después de retomar la charla con este escribidor, pero el problema es que ya no hay casi gente que quiera labrar la tierra. Yo sembré una hectárea de terreno en mi primer año y me fue bien aunque me afecto un poco el clima.
 Porque cuando esparcí las semillas para que germinara este fruto en marzo, llovió mucho e hizo frío lo que propicio que le cayera un hongo a la hoja que le afecto al follaje pero aún así en una hectárea, coseche alrededor de 6 mil melones que son aproximadamente 6 toneladas, pero sí, reitera, el campo sí es reditúable y quiero quedarme, terminó diciendo, el novel labrador del campo.


2 comentarios: