Todavía hay gente integra y honesta que tienen esta actitud positiva hacia la vida, hacia el prójimo. |
Jesús López Sandoval
Es plausible el acto de la señora que devolvió casi cuatro veces más de dinero, de los productos cárnicos que había comprado. Una terrible confusión de la cajera que se había hecho bolas con la cuenta, no lo podía creer y solo cambiaba de color su rostro, porque en
el corte de caja es mucho lo que tendría que devolver más tarde al patrón por realizar mal la aritmética.
-Soy honesta hija, le dijo
la señora que se bajó del auto, para devolver el dinero de más que le había dado la cajera, mientras que los demás clientes que hacían cola en la caja para pagar no daban crédito a lo que veían.
-Soy cristiana, llego a la
iglesia, le volvió a decir la señora, mientras le ponía en sus manos el dinero que le había dado de más, por confusión, al cobrarle varios kilos de carne que llevaba, y no
me gustaría que tuvieras problemas con
tus patrones por esta equivocación.
- Ya me había subido al coche, pero antes me puse a contar el
cambio, la cuenta no cuadraba, me habías dado de más y consideré que no era correcto que me fuera con algo que legal,
honesto y humanamente no era mío, y por eso te lo devolví, le volvió a refutar la honesta señora quien hablaba en voz bajita pero audible
-No me iba a sentir bien
haciendo esta mala acción, dijo en corto la señora, mientras la cajera la miraba fijamente a los ojos
y la escuchaba atentamente, quiero que mis hijos sean también honestos, abundo, y para esto hay que ponerles el
ejemplo, dijo antes de retirarse, en compañía precisamente de dos menores de edad que son sus
hijos.
-Gente como esta señora, casi no hay, alcanzo a decir unos de los
clientes, que estaba formado en la cola que ya se había hecho grande y estaba esperando el turno para pagar
en caja, lo que había comprado
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