El semanario satírico de izquierda francés
Charlie Hebdo, que fue atacado hoy por hombres armados, era blanco constante de
amenazas desde que en 2006 publicó caricaturas de Mahoma que indignaron al
mundo islámico.
"Había amenazas
permanentes desde la publicación de las caricaturas de Mahoma", dijo el
abogado del semanario Richard Malka tras el ataque en el que murieron algunas
de las figuras más famosas del semanario, como Cabu, Charb, Wolinski y Tignous.
"Hace ocho años que
vivíamos bajo amenazas, estábamos protegidos pero no hay nada que se pueda
hacer contra unos bárbaros que irrumpen con kalachnikov", agregó. "Es
un semanario que no ha hecho más que defender la libertad de expresión, o
simplemente la libertad", agregó.
La última edición de la
revista, que salió el pasado miércoles, incluye en la portada una caricatura
del escritor Michel Houellebecq, autor de la polémica novela
"Sumisión", publicada el mismo día y que imagina a una Francia
islamizada.
"En 2015 pierdo mis
dientes, en 2022 ¡Hago el Ramadán", dice la caricatura del escritor en la
portada de Charlie Hebdo, cuyos números se agotaron en los quioscos
inmediatamente después del atentado. Otra caricatura hace decir al novelista:
"En 2036, el Estado islámico entrará en Europa".
TODOS ESTÁN PERDONADOS, LA NUEVA PORTADA TRAS EL ATENTADO |
Tras la difusión en 2011
de un número que se burlaba de la sharia o ley islámica, un atentado con
cócteles molotov incendió parte de la sede del semanario en el distrito 11 del
este de París.
Un año después, la
revista publicó más caricaturas de Mahoma en medio de un fuerte alboroto sobre
una película antimusulmana. Las caricaturas presentaron a Mahoma desnudo y en
poses pornográficas degradantes. El gobierno francés defendió la libertad de
expresión al tiempo que criticó a Charlie Hebdo por alentar las tensiones.
Bajo
amenazas permanentes
A pesar de las constantes
amenazas, Charlie Hebdo se mantuvo fiel a su línea de conducta y aseguraba no
ser un enemigo del Islam. "Hay provocación como lo hacemos semana tras
semana, pero no más contra el Islam que con otros temas", aseguró en 2012
después del atentado incendiario su director de publicación Charb, que murió en
el ataque de hace dias.
Tras el primer atentado,
en 2011, Charb y otros miembros de la redacción vivían bajo protección policial
y su sede era objeto de custodia por la policía francesa.
Equivalente en Francia de
la revista argentina "Humor" o de la española "El Jueves",
Charlie Hebdo fue fundada en 1970, cuando tomó el relevo de "Hara
Kiri", semanario que reivindicaba su tono "tonto y malvado",
fundado por Cavanna y Georges Bernier.
La línea inicial era
anticlerical y denunciaba el orden burgués, pero buscaba ante todo hacer reír a
sus lectores con un humor corrosivo implacable.
Charlie Hebdo no se burla
sólo del islam. Ha publicado portadas satíricas sobre el papa Benedicto XVI en
un abrazo amoroso con un guardia del Vaticano; al presidente francés Nicolas
Sarkozy como un vampiro y a un judío ortodoxo besando a un soldado nazi.
En su larga historia le llovieron
juicios por difamación. Las demandas de la Iglesia, empresarios, ministros o
famosos que eran blanco permanente de sus sátiras terminan por derribar a un
semanario que en 1981, año de la elección del socialista François Mitterrand,
había perdido muchos lectores.
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