Tercera y última Parte
Decapitación de Santiago Apóstol. |
POR: Jesus Lopez Sandoval
Tras la Ascensión de Jesús al cielo, fue una mañana de la primavera del año 33 de la era cristiana, muy temprano por la mañana cuando el apóstol Santiago, el Mayor, disfruto el fenómeno del Pentecostes: hubo un ruido procedente del cielo con brisa impetuosa y fuerte con lenguas de fuego que se poso sobre
Santiago llenándose de espíritu Santo y comenzó a hablar distintas lenguas extranjeras que le sirvió para salir a varios rincones del mundo a enseñar la palabra de Dios.
El apóstol Santiago comenzó su peregrinar cruzando el mar Mediterráneo para llegar a varios países como Portugal, después España donde predico con amor las enseñanzas de Jesús, pero en el año 44 de la era cristiana regreso a Jerusalen que en este tiempo gobernaba Herodes de Agripa I, nieto del gran Herodes El Grande, quienes fueron una gran dinastía gobernando Jerusalen.
Por aquel tiempo, Herodes echo mano para maltratar a algunos apóstoles como Pedro, Santiago, a quienes les tenía temor a estos que predicaban el reino, fuera a perder el trono, y los hizo prisioneros por el soldado Josías quien detuvo al hijo de Zebedeo, quien a la postre tiempo después se arrepintió y le pidió perdón antes de morir.
Herodes presento a Santiago el Mayor, ante el pueblo ante de la fiesta de las pascuas y pronuncio su sentencia de muerte como regalo para la turba como quiso hacerlo con Pedro que lo tuvo en una fortificada prisión, pero logro huir cuando un ángel lo libro cuando estaba encadenado y era escoltado por dos soldados y otros en la puerta.
Todavía, antes de ser sacrificado por la espada de Herodes, el apóstol Santiago cuando era trasladado al monte calvario, afuera de la ciudad de Jerusalén, ayudo a un ciego a recobrar la vista, sano a un leproso y minutos después fue atado a unas piedras donde fue decapitado.
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