sábado, 20 de febrero de 2016

NO SE CONOCE EL DOLOR HUMANO HASTA QUE SE VIVE EN CARNE PROPIA

     NO SE CONOCE EL DOLOR HUMANO HASTA QUE SE VIVE EN CARNE PROPIA.
*La triste historia de una madre joven que es diagnosticada con cáncer.

    Son las 10 de la mañana y llego a la Unidad de imagen a recoger los resultados de una Tomografía Contrastada de su cuerpo que se la había pedido el médico ya que tenía mas de 3 meses con una neumonia y le habían aparecido unos ganglios en su pierna derecha que la hacia parecer como si tuviera "una pata de elefante".
    El director de la institución, amablemente me recibió en su oficina para hacer el diagnostico y estaba ávido por conocer los resultados que han tenido a mi esposa postrada en cama por casi 5 meses. En la espera el especialista charlaba  y hasta me ofreció un rico café negro mientras analizaba e interpretaba los estudios.
   _Desde cuando su familiar esta enferma- me pregunto.
    Desde el pasado 28 de septiembre doctor, comenzó con una Neumonía y ya se le quito después de casi tres meses pero le empezó a engordar la pierna cuando en verdad ella es delgada.
    Pregunta tras pregunta, el galeno especialista en Imagenología me entrego los resultados que leía de reojo mientras seguía la charla: Probable Cáncer Ovárico Derecho con metástasis al ovario contra lateral, ademas metástasis ganglionares iliacas, retro peritoneales e inguinales.
    "¡Chingada suerte!", murmure para mis adentros, esto no me parece bien, una opresión en el pecho y cara comenzó aparecer en mi cuerpo.
   Y para no quedar con dudas le pregunté al galeno: "Y... usted doctor como la ve, se me hace muy duro el diagnostico que apareció en la hoja sólo con la palabra DX. "Allá su médico le va a explicar bien en que consiste", me contesto sonriente, al mismo tiempo que me despedía de un fuerte apretón de manos e informarme que estaba a su disposición para cualquier otro tipo de servicio que quisiera.
    Con lagrimas a punto de estallar en mi cara me fui al baño antes de salir de la clínica y después de cruzar el umbral de la puerta frente al hospital del niño una madre junto con sus hijas llora a todo el pulmón la noticia de la muerte de su pequeño bebé lo que me hace estallar en llanto y cruzar la atestada avenida capitalina casi atropellándome un vehículo buscando llegar a la otra acera para tomar el urbano y regresar a mi pueblo.
     Al llegar al primero que fui a ver fue a mi amigo el doctor que durante meses la había estado atendiendo. "Doctor aquí esta el diagnostico de Ibneya, quiero que la vea para ver que opina, como que no veo positivo el diagnóstico. El rictus de su cara lo dijo todo.
"¡Chingada madre, lo que ya me suponía!", respondió mientras se daba un golpe en la frente, "vamos a esperar a ver que dice el especialista".
     Las lágrimas como esposo y padre se me comenzaron a aparecer en el día "más difícil de mi vida", la tortura mental de como decirle a mi pareja de que tenía la enfermedad y ya en estado avanzado en gran parte de su humanidad que de por sí ya estaba diezmada por la neumonia de tres meses.
     Al otro día, mi esposa se interno en el hospital para que le fueran extirpados dos ganglios de los muchos que había en su cuerpo y en su pierna derecha que la hacia parecer como si fuera "una pata de elefante", cuando la izquierda estaba delgada en comparación con la enferma.
    La lucha comenzó con la mente del cómo y cuando decirle a tu familiar, joven, madre de tus hijos que tiene cáncer y que se podría morir en poco o mucho tiempo es lo más difícil de enfrentar por todo el daño emocional que lo agravaría mas de lo que ya estaba.
    Mi esposa es nerviosa, su madre más, por lo que acudí a mi hermana mayor, agarrándome los cabellos le decía una y otra vez como le voy a hacer, mi hijo mayor tendrá la capacidad para asimilarlo, pero el chico tiene 9 años y va a sufrir y la niña tiene casi tres años no lo va a entender pero es la que mas sufriría la ausencia de su mamá.
     La terrible experiencia de cáncer en familia ya la había vivido con el problema de próstata de mi padre que ya casi a los 80 años falleció y emocionalmente fue muy doloroso porque la enfermedad es como una vela que se va extinguiendo lentamente aunque a otros es mas agresivo y los acaba en pocos meses.
    El debate arduo fue con sus familiares que estaban a favor de Quimioterapia que en pacientes avanzados es mas doloroso y no los cura sino que "les rompe la madre mas rápido", mientras que como esposo proponía que fuera un tratamiento con medicamentos mas naturales que le pudieran alargar la vida sin hacerla sufrir de los desgastantes estudios con radiación.
    El debate se intensificó: "¡Mira!", dice una de la hermana mayor: "Esto lo debemos discutir entre todos, no solamente tu debes tomar la decisión, sino que va a ser entre todos buscando que salga adelante con la ayuda de Dios".

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