lunes, 5 de noviembre de 2018

DIO UN BILLETE DE 500 EN VEZ DE UNO DE 20 PESOS Y SE DESMAYO



Jesús   López 

Es una mañana soleada de domingo, María como cada fin de semana acude a la misa dominical matutina y en el intervalo, en la homilía, pasan los ayudantes del sacerdote con su canastita para recoger la limosna de los feligreses, donativo que sirve para la ayuda de gastos que tiene la parroquia de luz eléctrica, agua, pago a los ayudantes y otros servicios.
 María abre su bolsita de mano y tiene dos billetes de color azul y lo deposita en el recipiente y después de terminar la misa se persigna para acudir al mercado a realizar sus compras y preparar la comida de la tarde donde acuden todos sus hijos, yernos, nueras y nietos, es la gran comida especial de mediodía de domingo, donde casi es una fiesta.
 Ya en el interior de la central de abasto, María se dirige a la zona donde expenden gallinas y escoge una, la más grande, que tiene la huevera, es decir, el saco donde estos animales desarrollan los huevos, que por cierto y mucha suerte, tiene varios huevecillos en formación.
 Pero a la hora de pagar busca en su bolsita el billete de 500 pesos para pagarle a la marchanta, pero ésta al revisar el papel le dice que se equivocó, que le entregó una de 20 pesos, de los azules, no el de 500 pesos
-Disculpe señora, le dice la vendedora de pollos y gallinas, este billete es de 20 pesos, no de 500.
-No puede ser, dice la clienta un poco nerviosa, sí yo traía una de 500 pesos y otro de 20 en mi bolsita.
-Quizás lo eche en la canastita donde recogen la limosna en la iglesia, dice confundida y ya con los nervios de punta, al mismo tiempo que va perdiendo el equilibrio en su cuerpo y termina desmayada en los pasillos del mercado, ante la mirada atónita de la expendedora de aves emplumadas.
 La gente se arremolina en torno de la ama de casa, al mismo tiempo que piden la ayuda de los cuerpos de socorro de la cruz roja.
-¡Por favor pidan una ambulancia!, una ambulancia!, grita la gente, mientras que los curiosos y transeúntes detienen su marcha para detenerse y saber de primera mano lo que está pasando, mientras la marchante argumenta que se desmayó porque en la iglesia en vez de dar 20 pesos de limosna dio un billete de 500. Es que se confundió, revira.
 Durante la confusión llegan los paramédicos de la cruz roja que le aplican los primeros auxilios hasta restablecerla, la sientan en una silla al mismo tiempo que le pasan un vaso de agua para que se reponga los más rápido posible.
 Ya menos aturdida y respuesta del susto, la gente se solidariza y se organizan para ir una comisión de personas y acudir hasta la parroquia para hablar con el sacerdote sobre la terrible confusión y le devuelva los 500 pesos que por error y ser muy semejante al de 20 lo deposito en la canastita de la limosna.
 En el curato de la iglesia, el párroco escucho atentamente señora del error que había cometido y del incidente que tuvo en el mercado al desmayarse cuando querer pagar se llevó la sorpresa que había dado gato por liebre, es decir había dado 500 en vez de 20 pesos-
-Tome su dinero hija, le dijo extendiéndole el papel, entiendo su confusión, argumento el padre al mismo tiempo que la señora recobraba el color de su piel y le agradecía al vicario de cristo su gesto, el de devolvérselo.

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