viernes, 25 de enero de 2019

LAVARSE LAS MANOS: SIMBOLO PARA QUITAR CULPA Y REMORDIMIENTOS SEGÚN LA BIBLIA.

El acto bíblico de lavarse las manos.


Por Jesús López Sandoval

   El pasaje bíblico se expresa que Poncio Pilatos después de haber buscado un delito a Jesús y sin haberlo encontrado culpable, es obligado por los jefes de los sacerdotes, Escribas y Fariseos, que se los entregue para matarlo ante la amenaza que estos le hicieron de acusarlo ante el emperador por permitir que un jefe judío se proclame rey.
 Ante esa actitud de los jefes políticos-religiosos de los judíos, Poncio Pilatos tuvo que ceder y en actitud declara contrariedad porque no había razón para condenar a Jesús a la muerte, el gobernador romano pide agua para lavarse las manos simbolizando que él no tenía nada que ver con la muerte de aquél inocente judío.
Lavarse las manos es un símbolo para librase de alguna culpa
 Al parecer, Pilatos sintió mayor remordimiento al ceder por puro temor a perder la gracia del emperador Cesar, sintió el deseo de liberarlo pero se impuso la conveniencia; tuvo la oportunidad de liberar al nazareno porque tenía la facultad para hacerlo, sin embargo, le gustaba el poder más que la justicia, razón por la cual tuvo que ceder aún contra su propia conciencia, misma que no pudo lavar al igual que sus manos.
  Se molestó de no aplicar la ley y ceder al chantaje porque más adelante no pierde la oportunidad para querer desquitarse en contra de esas autoridades que lo obligaron a hacer algo en contra de su voluntad.
 Precisamente según dice el versículo 22 capítulo 19 del libro de San Juan donde le expresa que lo que escribió respecto a Jesús ya está escrito y así se va a quedar indicando que él es la autoridad y lo que determine debe respetarse.

 Muy lejos quedo Pilatos de haber sido un hombre justo en el juicio en contra de Jesús porque él, habiendo comprobado que no había delito alguno que perseguir, primero les dio el gusto de ver maltratado a su rey y luego cometer la injusticia de entregarlo a sus detractores para que lo maten sabiendo que Jesús no tenía delito alguno.
    El lavarse las manos en la actitud de Pilato es pretender una acción simplemente externa que para muchos incautos será buena pero en el fondo hemos de ver que cuando se pretende justificar algunas deficiencias en el actuar se acude a esa postura que más bien parece una actitud hipócrita como la que practicaban los judíos y que señala San Marcos en el capítulo 7 1-13.
   Esas tradiciones de los judíos que en un principio funcionaron como medidas higiénicas: lavarse las manos hasta el codo, lavar los platos donde van a comer uno, no comer ciertos alimentos, etc... No deben perjudicarnos inclinándonos a ser hipócritas limpiando nuestras manos para comer y vomitando sapos y culebras en contra de las personas.
 Por eso Jesús dio preferencia a las posturas y actos que provienen del interior del hombre más que a simples litúrgicos recordando que lo que hay en nuestro corazón lo proyectan nuestros labios y nuestros hechos, así entonces se resume un pasaje bíblico a esta expresión; "cada quien da a su hermano de acuerdo a lo que hay en su corazón".
    La práctica del lavado de manos, como es el caso de este personaje, Pilatos, era algo usual en aquéllos tiempos en la que se buscaba dejar en claro que el juez simplemente aplicaba la justicia y no dictaminaba a favor o en contra de una persona, más que por justicia.
  



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