CIUDAD DE MÉXICO.- En menos de tres días, el Senado aprobó reformas a la Constitución que modifican el régimen político-electoral de México, para dar al presidente la facultad de establecer gobiernos de coalición y permitir que los legisladores y alcaldes se reelijan en sus cargos.
Negociada sin el opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD), la reforma aprobada durante las primeras horas de este miércoles establece que el mandatario que resulte electo en 2018 tendrá la posibilidad de gobernar en alianza con otras fuerzas políticas. Bajo este esquema, el Senado tendrá que ratificar a los integrantes de todo el gabinete, salvo a los secretarios de Defensa y Marina.
Además, aunque no se forme un gobierno de coalición, la Cámara de Diputados tendrá que ratificar al secretario de Hacienda y el Senado al canciller.
Con la reforma se establece también la autonomía de la Procuraduría General de la República (PGR), se crea el Instituto Nacional Electoral (INE) y se fija como causal de nulidad de una elección el rebase de tope de gastos de campaña, cuando éste sea determinante en el resultado de la contienda.
El documento fue consensuado sólo entre el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el opositor Partido Acción Nacional (PAN), debido a que el PRD se retiró de la mesa el 29 de noviembre, argumentando que la reforma política es la “moneda de cambio” con la que el PRI quiere garantizar el apoyo del PAN en la reforma energética, a la que la izquierda se opone. Sin embargo, el PRD se incorporó a la discusión en el pleno.
“Ya sabemos que hay un acuerdo y seguramente las discusiones de comisiones empezarán el día 4 de diciembre. Hay que estar preparados para ese debate, pero también para la respuesta ciudadana”, dijo a medios el perredista Alejandro Encinas, secretario de la Comisión de Puntos Constitucionales.
Los senadores del PAN habían condicionado votar la reforma energética al avance de la reforma política, por lo que se prevé que el debate energético comience en las próximas horas.
También se tiene previsto que con el inicio del análisis de la reforma energética, simpatizantes del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) realicen un cerco al Senado, mientras su líder, el excandidato presidencial de izquierda Andrés Manuel López Obrador, se encuentra hospitalizado debido a que sufrió un infarto de miocardio la madrugada de este martes.
“Con absoluta transparencia, de cara a la sociedad, dijimos que era para nosotros esta reforma indispensable antes de pasar a otra reforma estructural”, dijo en tribuna el panista Héctor Larios, secretario de la Comisión de Gobernación.
El PRI quiere aprobar la reforma energética en este periodo de sesiones —que termina el 15 de diciembre— porque el presidente Enrique Peña Nieto la considera clave para su mandato (2012-2018).
La reelección
La reforma política también incluye la reelección de legisladores y alcaldes, una medida que históricamente había dividido a los partidos políticos.
En el ámbito federal, los diputados podrán reelegirse hasta en tres ocasiones y los senadores en una. La medida entrará en vigor para los diputados que resulten electos en 2015 y para los senadores que resulten electos en 2018.
A nivel local, se estableció que los congresos locales deberán ajustar sus leyes para permitir la reelección de diputados y alcaldes. En principio, el dictamen dejaba esa posibilidad a criterio de los congresos de los estados, pero el PRI accedió a modificar el punto a propuesta del PAN.
“El PRI de hoy ha sabido superar sus atavismos. (…) Hoy dejamos atrás las resistencias a que un representante popular pueda reelegirse por la vía de las urnas, si su trabajo se lo permite y confía en el refrendo del voto ciudadano”, dijo en tribuna la priista Cristina Díaz, presidenta de la Comisión de Gobernación.
Para algunas organizaciones civiles, sin embargo, la reelección será un beneficio exclusivo para los partidos porque el dictamen no menciona explícitamente que los candidatos independientes podrán acceder a ella.
El panista Roberto Gil Zuarth negó que se esté prohibiendo a los independientes reelegirse, pero algunos activistas presentes en la sesión insistieron en su descontento y gritaron desde sus lugares, hasta que personal de seguridad los sacó del salón.
Un nuevo árbitro electoral
Aunque el PRI accedió a retomar propuestas del PAN como los gobiernos de coalición y la reelección, dejó fuera temas como la reducción en el número de legisladores plurinominales —una promesa de campaña del propio Peña Nieto— y la segunda vuelta en la elección presidencial.
En cambio, uno de los puntos que sí se concretaron, aunque con menos facultades, fue la creación del INE, que sustituirá al Instituto Federal Electoral (IFE) y deberá organizar los comicios federales, así como coordinarse con los órganos de los estados para las elecciones locales.
Otro cambio consiste en obligar a los partidos a que el 50% de sus candidaturas al Congreso correspondan a mujeres. Actualmente, la cuota de género les asigna el 40% de las nominaciones.
Una PGR autónoma
La reforma otorga autonomía a la PGR, que actualmente depende del gobierno federal.
El punto entrará en vigor a partir de 2018, cuando la PGR se convertirá en Fiscalía General y estará encabezada por un fiscal elegido por el Senado, no por el presidente. El fiscal únicamente podrá ser removido por el mandatario cuando cometa faltas “graves” que definirá una ley secundaria, y siempre y cuando tenga el aval del Senado.
La Fiscalía General tendrá que contar con dos fiscalías especializadas: una en combate a la corrupción y una en delitos electorales.
Otro organismo que será autónomo a partir de 2018 será el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el órgano encargado de medir la pobreza.
La reforma fue enviada a la Cámara de Diputados para su análisis y discusión. Al implicar cambios a la Constitución, requiere los votos de una mayoría calificada para quedar aprobada. En caso de quedar avalada en San Lázaro, irá a los congresos estatales para su visto bueno.
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