Agencias.-El ají, los jalapeños, el jengibre y la cúrcuma. Todos estos alimentos tienen en común que al entrar en contacto con la boca provocan una sensación de ardor, calor o quemazón. Placentera para algunos, molesta para otros, lo cierto es que el picor de estos alimentos está dado por un compuesto químico llamado capsaicina, y en el caso de la cúrcuma por la curcumina.
Ambos reaccionan con las neuronas sensitivas de la mucosa y la piel de la boca, produciendo esa sensación de picor, que en altas dosis puede llegar incluso a ser dolorosa. Por ese motivo el cerebro produce endorfinas, para así reducir dicho malestar.
Desde el punto de vista culinario los picantes mejoran el sabor de las comidas, incluso pueden reemplazar de forma parcial o total ingredientes menos recomendables como la sal, el azúcar o salsas muy calóricas. Y para la salud poseen varios beneficios, principalmente por su potente poder anti inflamatorio y antioxidante.
Beneficios
El doctor Roberto Gabarroche, nutricionista de clínica Avansalud, detalla sus beneficios:
– Al ingerirlos otorgan saciedad precoz por el picor que producen, por lo que es una buena alternativa para reducir la ingesta de calorías en quienes deseen controlar el peso corporal.
– Son alimentos con un bajo o nulo aporte calórico.
– Contienen vitaminas A y C, las que refuerzan las paredes de las arterias promoviendo una adecuada circulación sanguínea, regulando la presión arterial.
– Algunos estudios asocian mejores patrones de sueño en quienes consumen regularmente alimentos o comidas picantes.
– Al consumirlas elevan los niveles de endorfina y serotonina, aumentando la sensación de bienestar y mejorando el estado de ánimo en situaciones de estrés, previniendo la depresión leve.
– Actúan como expectorante en casos de infecciones respiratorias, asma o bronquitis crónica.
– Poseen propiedades antiinflamatorias, especialmente a nivel cardiovascular; controlan los niveles de colesterol en sangre y mantienen la indemnidad de las paredes arteriales.
– Reducen o alivian los síntomas de la gripe, especialmente la congestión nasal.
– A nivel de la farmacología, la capsaicina ha sido empleada como principio activo en la elaboración de fármacos destinados a neuralgias, neuropatía diabética y afecciones difusas en la piel.
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