domingo, 7 de julio de 2013

ARTESANO CHIAPANECO RECORRE EL PAIS CREANDO FIGURA A BASE DE COCO SECO

El Chiapaneco   David  Simute, un artista en la creación de figuras en concha de coco seco
Jesús    López
Figura de todo tipo elabora esta persona

Comalcalco, Tabasco, Julio 07.-Sentado en el suelo en los llamados corredores del parque Benito Juárez, David  Simute Pérez oriundo de Tapachula, Chiapas, platica con este reportero sobre el laborioso arte de convertir el coco seco en bonitas figuras decorativas que han llamado la atención e los transeúntes, principalmente mujeres que se detienen a preguntar el precio y observar como las elabora.

Lo mismo crea un tucàn que  un monito o un osito.
    Con sus habilidosas manos es capaz de crear en cuestión de minutos sobre un coco seco diversas figuras de animalitos que van desde monitos, ositos, conejos hasta complejas aves como el casi extinto quetzal guatemalteco, tucanes, búhos, hasta tres delfines en un solo coco, que es su principal materia prima, así como un filoso cuchillo.

     En entrevista,  Simute Pérez manifestó que aprendió este oficio con un amigo y que se le ha facilitado bastante porque anteriormente en su tierra, Tapachula, trabajaba como carnicero, de ahí la habilidad para trazar figuras a través del coco seco y que vende a 50 pesos cada uno.

    Viaja por toda la república mexicana, pero se enfoca sobre las zonas costera porque el coco seco es su principal materia prima y no podría trabajar sino camina por la costa, “estos cocos que estoy labrando los traje de paraíso en un costal lleno para no estar regresando a cada rato a buscar. Viajo por toda la república a través e sus costas, por donde encuentre cualquier tipo e coco, que no este ni muy verde ni muy seco para que me pueda servir”, expreso lo anterior, sin dejar de labrar un tucán con su laboriosa mano.
Cual es el siguiente lugar que vas a visitar,  -se le pregunta.

   Tengo contemplado después de Comalcalco visitar el estado e Veracruz, primero llegar a Coatzacoalcos, después Minatitlán, Acayucán, hasta llegar al puerto de Veracruz, e ahí quien sabe, todavía tengo mucho tiempo para pensarlo, termino diciendo al mismo tiempo que un cliente se detenía para comprarle un osito.


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