Por Jesús López Sandoval
En el pasaje bíblico de Mateo 18:21-22,
Jesús le dice a sus apóstoles respecto a la pregunta que Pedro le hace, acerca
de si solamente hasta 7 veces hay que perdonar y el nazareno aprovecha para
dejar una enseñanza que nos hace más humanos y menos enfermo de nuestras rabias
y rencores.
"No sólo" 7 sino hasta 70 veces 7,
le responde y le ilustra con la parábola del patrón que perdono a sus dos
siervos que le debían un dinero, resultando uno de esos siervos implacable con
su compañero quien le debía menor cantidad a él, según el libro de mateo
1823-35.
De esta forma, con una sapientísima parábola,
el maestro explica la necesidad que tiene el ser humano de perdonar siempre a
su prójimo, siempre porque el número 7 bíblicamente indica perfección y 70
veces 7 multiplica esa perfección indicando que el perdón debe ser en todo
momento, en todo lugar y a todo ser humano.
Porque las ofensas recibidas es de un
semejante a nosotros, de nuestra misma naturaleza, es decir, de alguien que se
sabe que es tan débil como nosotros o quizás peor, pero en este caso se ofende
a una simple persona que como yo, también ofende a otros, señaló el Teólogo
Marco Antonio Jiménez Olán.
Indico que recibiendo el perdón de otros, que
también son humanos como yo, de mi misma naturaleza, en cambio, cuando yo
ofendo a la Divinidad que es el ser perfecto la ofendo de pensamiento, de
palabra, de obra, de omisión, mi delito es mayor porque yo si estoy ofendiendo
a un ser supremo, no de mi misma naturaleza sino infinitamente más.
Esto es, que yo ofendo con mis faltas, con mis
debilidades, al Ser, Todopoderoso, al Rey del universo, el Creador por lo cual
yo si merezco no sólo una sanción mayor sino el peor de los castigos al ofender
a ese Dios que es amor y me ama como nunca nadie me ha amado.
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