domingo, 20 de enero de 2019

GRAN MARAVILLA PRESENCIAR EL IZAMIENTO DE LA BANDERA MÁS GRANDE DEL MUNDO

Después de las 7 de la mañana comienza el protocolo diario de izamiento de la monumental bandera de México.


Jesús   López
Ciudad de México, enero 20. Ya pasa de las 7 de la mañana, por cierto, muy fría, propia del mes de enero, las dos puertas de la entrada principal del Palacio Nacional se abren de par en par y del interior emergen personas vestidas de verde con traje militar y con un sello en el hombro PM en letras mayúsculas, decenas y decenas de elementos de la guardia militar que resguardan este edificio antiguo.
En una fría mañana salen del interior del Palacio Nacional miembros del cuerpo militar hacia el centro del zócalo para izar la bandera.
   En fila india sacan abrazada la monumental bandera tricolor para ser izada en la asta que se encuentra en pleno centro de la plancha del zócalo capitalino, mientras los turistas extranjeros y personas locales detienen su marcha para presenciar este pasaje de la vida cotidiana de una de las ciudades más grandes del mundo.
Avanzada del contingente que sale de la puerta del Palacio Nacional, mientras atrás viene el enorme pabellón de tres colores con la imagen en medio sobre el color blanco de una águila devorando una serpiente que se encuentra sobre un nopal.
  Este es un trabajo arduo y limpio, ya que la enorme tela de tres colores verde blanco y rojo con un águila devorando una serpiente sobre una mata de nopal está impregnada en la parte blanca de la tela, debe todos los días ser izada en lo más alto de la asta en pleno centro de la capital de la república y corazón político, económico, social de este país conocido mundialmente como México.
La enorme bandera es cargada en hombros por elementos militares en una fria mañana de la capital de la república.
  Desde el inicio del protocolo en que se abre la puerta, los mismos elementos con el logo Policía Militar detienen el tráfico vehicular, mientras que los turistas principalmente norteamericanos y asiáticos corren para no perder ningún mínimo detalle del ritual completo que es el izamiento de la ensena nacional.
 Es un gran deleite para la vista, presenciar este proceso donde la bandera no debe tocar suelo por ningún motivo, sería una falta de respeto, por eso es un trabajo bien coordinado entre hombres y mujeres jóvenes, mientras la banda de guerra no deja de tocar durante todo el proceso.
El contingente de la policía militar se dirige hasta el centro de la plancha del zócalo de la Ciudad de México para comenzar la tarea de levantar la bandera.
   El majestuoso reloj de la torre latinoamericana marca las 7.50 am, de una mañana bastante fría con 16 grados centígrados, algunos tiritan, los turistas no dejan de tomar fotos y grabar vídeos, están expectantes al desarrollo de esta loable labor de jóvenes elementos de la policía militar.
La monumental bandera llega hasta el enorme asta para iniciar el trabajo de enganche y subida mientra que la mirada de los presentes se eleva lentamente al compás de la subida de la enseña nacional.
   Al llegar la bandera hasta la asta, dos elementos la enganchan al palo, mientras una docena de estos la tienen tomado entre sus brazos mientras es conectada a los ganchos y subida poco a poco y se va desenrollando, y conforme va tomando altura y mostrando los tres colores que todos como mexicanos sabemos de memoria. Verde, blanco y rojo con la figura de un águila devorando una serpiente sobre un nopal.
  La bandera ya colocada en lo más alto en su asta, todos los presentes están en posición de saludo, mientras los tambores suenan y al sonido de la trompeta se convoca a los presentes a cambiar de posición y estar en firme para después comenzar la retirada del personal militar, para regresar otra vez al palacio nacional.
Comienza el trabajo de levantamiento, con sumo cuidado, no debe tocar por ningún motivo el suelo, es un trabajo bien coordinado entre todos. Los espectadores sólo disfrutan y graban el inédito momento para ellos.
   Dos elementos se quedan haciendo la guardia de honor mientras se da la retirada del batallón al mismo lugar de donde salió.
 Ya son las 8 de la mañana y la bandera más grande y bonita del mundo queda izada con la brisa que la hace ondear en esta fría mañana que cala hasta los huesos y donde el sol apenas inicia a asomar las narices y hacer su trabajo de calentar un poco el ambiente propio de invierno y más en esta zona del valle de México que está rodeada de volcanes como el Popocatépetl e Iztaccíhuatl.
La brisa suave de las frescas mañanas hace que la bandera ondee suavemente, sobre el enorme palo que la detiene en el mero centro del zócalo capitalino.
    Gustosos los connacionales y extranjeros, emprenden la retirada del lugar, sorprendidos y satisfechos de estar presente en la hora y momento indicado, se sienten a gusto de disfrutar este pasaje de la vida de este gran país que es México, platicando en su idioma este preciado momento del paisaje y del mosaico cultural que tiene nuestro país.



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