viernes, 12 de abril de 2019

MADRE NO ES QUIEN LO ENGENDRA SINO QUIEN LO CRIA


*La historia de un bebe que viajo en una caja de cartón de huevos en la sección de equipajes de un camión de pasajeros desde Tijuana hasta Tabasco.
      Samuel actualmente es un adulto de 30 años de edad que nació en la ciudad más transitada de emigrantes del mundo: Tijuana, Baja California-San Diego, Estados Unidos, pero sus padres vivieron una relación muy tormentosa cuando él tenía sólo unos meses de nacido.
  La madre se separó de sus padre y el bebé anduvo vagando en diversas manos familiares hasta que una prima del ahora ex marido acepto adoptarlo mientras preparaba maletas para regresar a su natal Tabasco desde Tijuana y con la condición de que pagara el pasaje el pasaje del niño que ya tenía 6 meses de edad.
 Debido a los casi 4 mil kilómetros que hay de distancia entre ambos estados, la desalmada madre ideó acondicionar una caja de cartón donde vienen los huevos, para lo cual le abrieron huecos como respiradores, le pusieron cobijas para que estuviera cómodo y antes de la partida introdujeron al niño con su mamila e inicio el periplo de viaje desde la frontera con Estados Unidos hasta el sur de la república.
  Cada 8 a 10 horas el autobús de pasaje hacia escala en las más importantes terminales de las grandes ciudades para descender y subir pasajeros o tomar alimento e ir al baño y era el preciso momento que aprovechaban para revisar cómo iba el niño y prepararle otra porción de leche en el biberón en la media hora que daban para aflojar los músculos, después de tantas horas de viaje.
 Después de 4 días de viaje llegó la madre adoptiva a Tabasco donde asentó su residencia y crio al niño como si fuera su propio hijo hasta que llego a la adolescencia que conoció la verdad de la proeza de viajar miles de kilómetros en una caja de cartón de huevo cuando la verdadera madre cundida por la nostalgia y sentimiento de culpa vino a visitarlo.
 "¡Cómo está mi niño!", "¡Gracias a Dios ya está grande!", reacción que generó molestia de la madre adoptiva quien le contó la trágica verdad delante de ella, que lo había abandonado y no le quiso pagar su pasaje y en contubernio con el chófer lo deposito en una caja de cartón para no pagar pasaje y poder llegar a Tabasco.
  La reacción de Samuel fue de llorar amargamente tras conocer la verdadera historia de su vida, quien durante varios meses se sumergió en el bajo mundo del vicio y después recapacito y agradeció a su madre adoptiva de cuidarlo y protegerlo hasta que llego a la edad adulto como si hubiera salido de sus entrañas.


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