viernes, 9 de febrero de 2018

PADRE NUESTRO: LA GRAN ORACIÓN MODELO

Con la mayor humildad posible debe ser pronunciada.

Por    Jesús   López    Sandoval 

    Esta oración al señor debe ser pronunciada con la mayor sencillez posible y sintiendo que esta frente al padre y lo que pide confiadamente se concederá. Inicialmente, el que dirige con esta oración al señor que todo lo ha creado, la hace reconociendo que es el padre de todos.
     La oración que los cristianos llaman modelo en la que Jesús el hijo amado nos enseña que su padre, creador de todo y para el que no hay imposible, es nuestro padre y por lo tanto, de todos comunitariamente y cada uno en lo personal podemos dirigirnos confiadamente sabiendo que ese Dios grande y poderoso, rico en misericordia y fiel, cuando le hablamos inclina su oído hacia nosotros, igual que un padre amoroso y nos escucha.
     Es con el advenimiento de Jesús como se rompen las ataduras, se cae el velo y nos damos cuenta que ese Dios al que algunas ocasiones hemos considerado inhumano, vengativo, que está pendiente como policía para ver en qué momento fallamos para aplicarnos un cruel castigo, no existe.
Son de las oraciones más antiguas que quedaron registradas en los libros de los Evangelios en el nuevo testamento.
     Al contrario, al creador de todo nos ama, con amor eterno y está siempre pendiente de nuestras necesidades y si cometemos faltas que nos dañan a nosotros mismos o, a los demás está presto a perdonarnos dándonos la mano para levantarnos. De ahí que la oración que Jesús el maestro nos enseno, es catalogada como modelo y perfecta.
     Según los estudiosos en esa oración, refiere el Teólogo Marco Antonio Jiménez Olán,  hay 7 peticiones. Tres dirigidas al poderío de ese padre y 4 para pedir por nosotros. A saber pedimos de esta manera:
1.-Santificado sea tu nombre.
2.-Venga a nosotros tu reino.
3.-Hágase en nosotros tu voluntad.
4.-Danos hoy nuestro pan de cada día.
5.-Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a nuestros hermanos.
6.-No nos dejes caer en la tentación.
7.-Libranos de todo mal.
   Inicialmente, el que se dirige con esta oración al señor de todo lo creado, lo hace reconociendo que es el Padre de todos, de ahí esta oración debe ser pronunciada con la mayor sencillez posible y sintiendo que uno está frente a su padre y que lo que pide confiadamente se concederá.
   Se puede encontrar en el texto de Mateo 6;9-13 y de Lucas 11:1-4  con lo cual se desprende que este escrito tiene una aproximación de la época de los apóstoles cuando al reunirse en las catatumbas al celebrar el día del señor recitaban la oración que su maestro les había ensenado.

   Seguramente la vivieron a profundidad los discípulos que habían escuchado el timbre de voz del carpintero de Nazaret, lo que también podemos hacer nosotros hombres del siglo XXI al elevar nuestra voz y llamarle: PADRE, al padre de Jesús y hablar como hablaba Jesús dirigiéndose a su padre. Con esta oración nos hacemos uno entre nosotros los hombres en la persona de Jesús que sigue orando con nosotros al padre que nos escucha atento.

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