martes, 28 de agosto de 2018

DEJAR QUE LOS MUERTOS ENTIERREN A SUS MUERTOS




Marcos 9:59-61     Mateo 8:21-22

  Jesús   López  Sandoval

    Cuando el maestro de Nazaret le dice a aquel muchacho que quiere seguirlo, que debe dejar que los muertos entierren a sus muertos, no le está diciendo literalmente que abandone a su padre fallecido o, a punto de perecer, sino más bien le invita a ver el beneficio de seguirlo.
   Si aquél joven seguía a Jesús así como dice el salmo, el divino maestro lo haría reposar en verdes pastos y no necesitaría estar pensando si sus padres y familiares están bien porque yendo al lado de Jesús, no hay carencias ni preocupaciones.
 Antes bien, hay tranquilidad y la seguridad de que los nuestros están bien, mejor protegidos que nosotros mismos estuviéramos ahí, porque cuando el joven demuestra su generosidad el maestro sabe recompensarlo y no se deja ganar en generosidad.
 Como ya lo dice San Pablo, si el señor está conmigo quien estará contra mí; si el joven comparte su vida con Jesús, al compartirla la exalta y la dimensiona de tal forma que las obras de éste serán mayores.
 Otra frase conocidas aquella que dice que los zorras tienen madriguera pero el hijo del hombre no tiene en donde reposar su cabeza, lo cual quiere decir que quien desea seguir al maestro debe ser consciente de que le espera trabajo arduo, sin recompensa material más que la satisfacción personal de gastar la vida en el proyecto del reino.
 El humilde carpintero de Nazaret invita a los jóvenes no sólo a dejarlo todo sino a seguirlo y ser como él, que no tiene un lugar seguro para reposar su cabeza, invitación que más que despojar de su propiedad, lo impulsa a ser plenamente libre, sin ataduras de estas propiedades terrenales, esta es la verdadera libertad, la de poder caminar al lado de Jesús, buscando ser como él.

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