Marcos 9:59-61 Mateo 8:21-22
Jesús López Sandoval
Cuando el maestro de
Nazaret le dice a aquel muchacho que quiere seguirlo, que debe dejar que los
muertos entierren a sus muertos, no le está diciendo literalmente que abandone
a su padre fallecido o, a punto de perecer, sino más bien le invita a ver el beneficio
de seguirlo.
Si aquél joven seguía a Jesús así
como dice el salmo, el divino maestro lo haría reposar en verdes pastos y no
necesitaría estar pensando si sus padres y familiares están bien porque yendo
al lado de Jesús, no hay carencias ni preocupaciones.
Antes bien, hay tranquilidad y la
seguridad de que los nuestros están bien, mejor protegidos que nosotros mismos estuviéramos
ahí, porque cuando el joven demuestra su generosidad el maestro sabe
recompensarlo y no se deja ganar en generosidad.
Como ya lo dice San Pablo, si el
señor está conmigo quien estará contra mí; si el joven comparte su vida con
Jesús, al compartirla la exalta y la dimensiona de tal forma que las obras de
éste serán mayores.
Otra frase conocidas aquella que
dice que los zorras tienen madriguera pero el hijo del hombre no tiene en donde
reposar su cabeza, lo cual quiere decir que quien desea seguir al maestro debe
ser consciente de que le espera trabajo arduo, sin recompensa material más que la
satisfacción personal de gastar la vida en el proyecto del reino.
El humilde carpintero de Nazaret
invita a los jóvenes no sólo a dejarlo todo sino a seguirlo y ser como él, que
no tiene un lugar seguro para reposar su cabeza, invitación que más que despojar de su propiedad, lo impulsa a ser
plenamente libre, sin ataduras de estas propiedades terrenales, esta es la
verdadera libertad, la de poder caminar al lado de Jesús, buscando ser como él.
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