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| Honoria Garcia:(blusa rosa) por la voluntad de Dios sigo viva, muchas compañeras mías ya se fueron. |
Por Jesús
López Sandoval
Cárdenas,
Tabasco, octubre 18.-Hace 7 años se me detecto que tenía cáncer de seno. ¿Cómo
fue?, no sé, yo trabajaba normal como lo hace cualquier persona, yo no sabía si
tenía esa enfermedad porque muchas veces nosotros nos dedicamos a trabajar y no
le dedicamos tiempo a nuestra persona, dio su testimonio la señora Honoria
García quién dramáticamente lucha por sobrevivir
Afortunadamente esto viva, estoy aquí, el
cáncer que tenía, que me detectaron los oncólogos ya estaba en la tercera
etapa, era invasor, por la voluntad de Dios
estoy aquí viva, con ustedes, dijo tras participar en una marcha
organizada por dif municipal que preside Rosa Margarita Cuevas Castro.
Estoy aquí, animando en la marcha del día
mundial de la lucha contra el cáncer de seno sigue contando su dramática
historia porque se quiebra y rompe en llanto al mismo tiempo que los presentes
en sus caras dejan también correr lagrimas entre los surcos de sus mejillas hasta
que alguien gritó bravo y un aplauso para doña Honoria García.
..Aquí estamos en la lucha, prosigue la
señora contando su historia, su lucha diaria para vencer el maldito cáncer, que
es y seguirá siendo un lastre que no hay que dejarse vencer, no dejarse
achicopalar.
Recordó que hace meses, en diciembre,
volvió a recaer… con lágrimas en los ojos otra vez, un silencio sepulcral, de
dolor, vuelve a invadir la zona de la explanada del parque Independencia, para
comentar entre sollozos que el cáncer ya le invadió a uno de sus pulmones y en
la columna vertebral.” Pero aquí estoy luchando y pidiéndole a Dios que yo siga adelante porque
él creador me ha dado mucho”.
Yo les ánimo, les exhorto, a que se hagan el
chequeo, la exploración de mama, yo estoy aquí en la marcha, con la voluntad de
mi padre Dios de que él es el único que me ha dado la vida, a como estaba, he
visto que han pasado muchas compañeras que rápidamente se van (mueren), pero
hay que seguir en la lucha y, a mis amigas les agradezco, que no me han
abandonado, que Dios me las bendiga porque cuando yo ya no podía más ellas iban
a mi casa y me daban ánimos y eso me ha ayudado grandemente porque nunca me han
abandonado
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