domingo, 26 de octubre de 2014

LA HISTORIA DEL BUEN SAMARITANO

*” ¿Quién de estos tres parece haberse hecho prójimo del que cayo entre los salteadores?” Lucas 10: 38


Tres personas cruzaron su camino, el tercero, el de Samaria se detuvo a auxiliarlo.
 Por    Jesus    Lopez    Sandoval 
     

       En el año 31, aproximadamente,  de la era cristiana, cierto hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y fue asaltado por varias personas que lo despojaron de sus pertenencias y lo golpearon sin misericordia alguna hasta dejarlo medio muerto a mitad del camino de estas dos ciudades bíblicas.
Un sacerdote lo vio y lo evadió, un Levita lo vio y también lo ignoro, sin embargo, el Samaritano se detuvo lo atendió y lo subió a su bestia para trasladarlo a un mesón.
     Por casualidad, cierto sacerdote bajaba por aquel camino, pero cuando lo vio, paso por el otro lado, así mismo, un levita también, cuando pasó por el lugar y lo vio tirado, paso por el otro lado. En cambio, cierto samaritano llego a donde estaba y, al verlo, se enterneció. De modo que se le acerco y le vendo sus heridas, y vertió en ellas aceite y vino.
     Luego, el Samaritano lo monto sobre su propia bestia y lo llevo a un mesón y lo cuido. Y al día siguiente saco dos denarios, se los dio al mesonero y dijo: “cuídalo, y lo que gastes además de esto, te lo pagare cuando vuelva acá”. Lucas 10:30-37.

 
El buen samaritano pago dos denarios al mesonero y le recomendó que lo cuidara y "lo demás que gastes te lo pagare cuando vuelva", le aseguró.



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