sábado, 11 de octubre de 2014

JESUS DE NAZARET Y LA SAMARITANA: EL QUE BEBA AGUA DE LA VIDA JAMAS LE DARÁ SED.



* "Como tu siendo Judío, me pides a mí de beber, que soy Samaritana?". le replico la mujer de Samaria a Jesús quien le pidió un poco de agua
 "El que bebe de esta agua, vuelve a tener sed, pero el  que bebe del agua que yo le daré, no tendrá sed jamas", respondió Jesús.

Judíos y Samaritanos en un dialogo tu por tu cuando las relaciones entre estas dos naciones estaban rotas desde el reinado del Sabio Rey Salomón.

 Por Jesús   Lopez  Sandoval


     El pasaje bíblico de Jesús y la Samaritana es uno de los más interesantes y reveladores porque Jesús de Nazaret dialoga de tu por tu con una mujer que no es de su raza y representa la exaltación del ser humano, porque él siendo Judío y siendo el hijo del todo poderoso, no hace diferencias entre Judíos y no Judíos, ni entre hombre y mujer y simplemente saber que esta mujer pudo tener la libertad de hablar y expresarse ante quien se supone estaba prohibido hacerlo por ser mujer y por ser Samaritana.
    El libro del Evangelio según San Juan en su capítulo 4 y versículo del uno al 30 presenta a Jesús de Nazaret que teniendo sed se acercó a un pozo de agua ubicado en territorio Samaritano, ahí se encontraba una mujer que simboliza a todo creyente que no es descendiente de Judío. Al pedirle Jesús que le diera de tomar un poco de agua, ella se sorprendió porque los Judíos y los Samaritanos cuando se encuentran no deben saludarse, lo que le recordó al nazareno esta práctica y él aprovecho para explicar la universalidad de la fe en el verdadero Dios por quien se vive.
Después de un largo dialogo, llegaron los discípulos de Jesús y se sorprendieron de encontrarlo de esta manera, no esperaban ver al maestro con una forastera desahuciada.
     Jesús le pidió a la mujer samaritana fuera a buscar a su esposo pero ella le respondió que no tenía, a lo que Jesús le reafirmo que era cierto, porque ella había tenido cinco y el actual tampoco lo era, con lo cual se puede apreciar que no es necesario que Jesús el que condena esta práctica sino más bien el que explica las practicas del pasado y los equívocos no cuentan para el hombre nuevo porque en el nuevo culto no habrán esposos, esposas, como lo indica el evangelio de San Mateo.
Los Samaritanos no tenían buena relación de amistad con los Judíos ya que eran mal vistos.
      Después de un largo dialogo, llegaron los discípulos de Jesús y se sorprendieron de encontrarlo de esta manera, no esperaban ver al maestro dialogar con una forastera o casi desahuciado porque los Samaritanos eran mal vistos por los Judíos porque estos dos pueblos se dividieron durante el reinado del Sabio Rey Salomón y seguramente a partir de aquí se fueron abriendo los ojos ante el que siendo el agua de vida le pidió de beber a una mujer que no simplemente era del sexo opuesto sino que también era una vecina incomoda.

Un vitral de una iglesia evoca el evangelio de San Juan donde Jesús le pide a una samaritana le de de beber agua.
    El Teólogo Mexicano Marco Antonio Jimenez Olan consideró que Jesús de Nazaret hace ver que de los pecadores él hace depender el éxito de su obra y no se distraiga entre personas de diferentes razas, sexos, ni forma de pensar, él simplemente “nos pide de beber de nuestra propia agua y ojala que sea la mejor que tenemos. ¡Gracias Jesús de Nazaret¡”.

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